
¿Esto es un BLOG normal?
No, es un BLOG interactivo y práctico. Por nuestra experiencia en formación creativa de habilidades sociales, diseñamos este formato como un atajo divertido y refrescante. Incluso podríamos decir que se parece más a un videojuego que a un libro normal. Te proponemos 21 claves para desarrollar esta habilidad. Cada clave interiorizada de las 21 seleccionadas significará para ti un gran paso. Tómate este blog como un camino lleno de pruebas, retos y sorpresas. Casi sin darte cuenta, y cumpliendo las normas estarás ganando muchos músculos en un gimnasio de la personalidad.
¿Me puedo leer el BLOG en un día?
Sí, pero no te lo aconsejamos. ¿Te puedes leer un manual de chino en un día? Sí, pero no te lo aconsejamos. Ya que cada una de las claves necesita un trabajo, un tiempo para interiorizar, reflexionar y poner en práctica. Lo ideal es que hojees el libro (léelo todo por encima), pero que a la hora de trabajar, le dediques a cada clave el esfuerzo y el tiempo necesarios para superarla con éxito y que forme parte de ti.
¿Tengo que hacer todos los ejercicios?
Sí. Unos requerirán segundos y otros días, pero si lo hemos escogido es porque estamos convencidos de que su realización te ayudará a interiorizar la habilidad que te propone. Verás que algunos de los ejercicios necesitan que quedes con amigos, otros que veas películas, reflexiones, escribas textos e incluso que juegues a juegos. Si te exiges todo este trabajo, nosotros podremos garantizarte significativas mejoras que formarán parte de tu identidad.
¿Cuál es la clave 21?
Aún no está escrita. En todos los libros de la colección 21 claves, falta siempre la clave 21. Nuestra forma de enseñar se basa en potenciar la capacidad de crear estrategias, recursos y herramientas propias, es decir, que aprendas no solo lo que te podamos enseñar sino que generes conocimientos a tu medida y a tu manera.
1- SEXUALIZAR ES BUENO PARA TI Tan bueno como el agua mineral. O quizá más. Decirles a las personas que te atraen, de una forma educada y adaptada, que te generan ganas de “cosas” supone un ejercicio de honestidad pues exponemos contenidos muy íntimos de nosotros al mundo. Nos ayuda a sentirnos libres, considerarnos distintos a otros, practicamos la expresión emocional y nos hace más resolutivos. Nuestro equilibro mental y emocional se basa en tener un buen autoconcepto (lo que pensamos que somos) y en una buena autoestima (cómo nos sentimos con nosotros mismos). Tener una sensación emocional y/o sexual y no transmitirla (siempre de forma educada) nos anula. Hay una parte de nosotros que queda amputada que, no por ser menos visible para los demás, deja de existir. A los hombres la sociedad nos ha permitido la posibilidad de tener un mayor flujo de mensajes con un contingente sexual que a la mujer durante el cortejo. Pero las mujeres podéis empezar a ser más explícitas, sin convertiros en hombres, porque esto está cambiando mucho y no le pega que exageréis vuestra ya bastante amputada expresión verbal sexual. O dicho de otro modo… las sutilezas bien dirigidas, combinadas con alguna frase explícita, es algo muy plausible en vuestras vidas. Así pues, sexualizando, amigo/a, vamos a acostumbrarnos a sentirnos y considerarnos principalmente más honestos, más libres y más auténticos. Más identificados con nosotros mismos. Si sexualizas y propones situaciones, la otra persona las imagina contigo.
2- SEXUALIZAR ES BUENO PARA ÉL/ELLA Una de los mayores errores que ha cometido la humanidad es no inventar algo para enseñar a hablar a las tortugas (si me invitáis a una cerveza una tarde de verano os lo explicaré en persona). Pero no muy alejado en términos de gravedad está ese consejo popular de que piropear y posteriormente “sexualizar” puede molestar. ¿Una tortilla de patatas puede molestar? No. ¿4.500 tortillas de patatas en nuestra cama cuando queremos irnos a dormir pueden molestar? Yo diría que bastante. Por tanto, el hecho de sexualizar no molesta a nadie, si se hace en la medida, momento y lugar adecuados. Pensad en vosotras/os. A todos nos gusta pensar que somos atractivos, sexys o sentirnos deseados. De hecho, a veces premiamos a esas personas que nos hacen sentirnos bien y que alimentan (de la forma adecuada, justo en ese momento de nuestra vida) nuestro autoconcepto y autoestima. ¿Y cómo lo premiamos?... pues incluso teniendo algún “affaire “. Sexualizando hacemos a la gente feliz, estimulamos su lívido (algo que todos agradecemos, seamos de la raza, edad o religión que sea) y sobre todo la hacemos sentir deseada. Cierto es que el hecho de que te deseen no es motivo suficiente para acostarte con alguien, pero desde luego ayuda a planteártelo. Por tanto, siempre que sea de forma atinada y adaptada, sexualizar (o transmitir que sus atributos positivos “nos ponen”) es un regalo JUSTO y HONESTO que podemos dar a esas personas que nos conmueven. Ejemplo: Pensad lo fácil que resulta decirle a un amigo o amiga guitarrista que os gusta la canción que está tocando. Al acabar le comunicáis que os ha parecido divertida, tierna o muy buena con una sonrisa. Entonces le pedís que la vuelva a tocar porque os ha encantado o conmovido. Apostaría mi álbum de fotos preferido a que lo va agradecer y no le va a molestar. A él le ha costado un tiempo realizarla, ensayarla, tocarla… es algo que él ha hecho. Se lo ha currado. Es suya. Le representa. Esa canción es él. ¿Cuánto tiempo pasamos en el espejo peinándonos, arreglándonos, eligiendo vestuario, gimnasios, dietas, perfumes, etc.? Mucho. Por tanto, decirle a alguien que esa combinación de elementos, físico y conductuales, nos genera algo positivo, sensual y sexual NO VA A MOLESTAR. LE VA A ENCANTAR. Ejercicio: En la próxima conversación de amigos, recientes conocidos, etc. (no hace ninguna falta que sea en el lugar de trabajo), prueba a mirar más de la cuenta a esa persona hasta provocarle una pregunta necesaria.
¿Pasa algo? ¿Por qué me miras así? Pues debe ser porque esos pantalones/falda/blusa/camiseta (alguna prenda que implica relación con zonas más comúnmente sexuales) te quedan muy muy muy bien.
3- SEXUALIZAR TE AYUDA A CONSEGUIR TUS OBJETIVOS CON ESA PERSONA Si queremos conseguir un trabajo en una consultora, podemos pasearnos por el despacho del jefe, invitarlo a jugar al fútbol, regalarle entradas para la ópera e incluso hablar de nuestras parejas o ex pareja pero, evidentemente el jefe NO SE ESTÁ ENTERANDO DE QUE QUEREMOS TRABAJAR CON ÉL PORQUE NO SE LO HEMOS DICHO. Y esto es muy gracioso, porque es milenario el cortejo de chicos y principalmente las chicas que pululan por la vida de las personas a las que aspiran, esperando a que esa persona “lo pille”. Se entere por arte de magia de que nos sentimos atraídos por ellos. Puede que lo intuyan, sí, ¿pero vosotros contrataríais a un contable que quiere trabajar en vuestra consultora sin decirlo? ¿Sin dar motivos? ¿Sin dar porqués ni para qués? Yo no. Evidentemente las chicas estáis acostumbradas a ser más sutiles, pero no podéis pasaros. Porque si releemos la clave anterior, no perdéis nada dando a entender que hay ciertas cosas de esa persona que os atrae. Pasarse la vida esperando que toque la lotería no parece muy congruente con vuestra dinámica de actuación en otros ámbitos, como el laboral, por ejemplo. Hay muchas formas de transmitir mensajes un poco más explícitos de los que salen en las películas, que nos harán sentir mejor a los chicos, deseados y, sobre todo, que aceleren los tiempos y os acerque a los objetivos. Por tanto, chicas y chicos, aunque a veces puede funcionar dar por supuesto que entenderán lo que queremos solo por el mero hecho de ponernos más guapos al quedar con alguien, NO CONTÉIS CON ELLO. Es un absoluto placer ser directores de vuestra vida, no estar a la deriva en vuestras relaciones. Ejemplo: En esta ocasión pondré dos ejemplos. Uno más normal y otro protagonizado por un amigo que creo que ayuda mucho a entender esta clave. Pensad en la siguiente situación: persona con la que compartís una cerveza una noche por primera vez o esa amistad con la que de vez en cuando quedáis. Vuestro deseo es claro: queréis más de lo que hay. “O besos o sexo”. Queréis saber además cómo hace el amor y si le gustaría vuestra forma de devorarlo. Seguro que me entendéis. Ahí estáis hablando de la crisis, del trabajo o de si Marta, la amiga común, se va a vivir a Japón. Pasan los minutos y veis que esa persona empieza a mostrar síntomas de aburrimiento. Pero de repente le propones hablar de la playa. Él/ella dice que le encanta, bla bla bla… Tú introduces que lo que más te gusta de la playa es de noche, con algo de vino y acompañado/a por alguien que te guste mucho. Le preguntas entonces qué le parece a ella/él (con una sonrisa pícara). Notarás que tu acompañante también sonríe. Ambos estáis imaginando lo mismo. ¡Ya estás sexualizando de forma sutil! El de mi amigo, al que llamaremos Winnie, no os recomiendo en absoluto que lo practiquéis si no
sois buenos observadores. Pero tras una conversación de copas con mucho tonteo, mi amigo dice (jajajaja disculpad, me parece muy gracioso y quiero que quede reflejado en el libro la gracia que me hace): Dame tu teléfono. ¿Para qué?-contesta ella. Para follar- le susurra al oído. ¡Ah! Vale (contesta ella sorprendida). Apunta. Aun teniendo en cuenta que llevaban un rato hablando, sin duda a mi amigo le faltaron adornos. Pero le llevó a conseguir su objetivo. Ejercicio: Confirma en otros ámbitos de las relaciones la importancia de comunicar el QUÉ. Lo que quieres. Acércate a tu madre, a tus amigos, a tus compañeros y plantéate un objetivo: quieres irte a tomar una Coca Cola con ellos. Pero tienes prohibido decirlo. Habla con ellos sobre cualquier tema no relacionado con ir a tomar una Coca Cola (los mismos temas que usas con las personas que te atraen cuando no les dices que te atraen). Verás lo ridículo/a que te sientes y lo complicado que resulta que la persona con la que hablas acceda a tomar una Coca Cola contigo sin enterarse de tus intenciones. Por no hablar de descubrir el tiempo que te ahorras.
4- TU AUTOCONCEPTO COMO AMANTE Una de las cosas más chirriantes para mí en la industria americana de la seducción es cómo los autodenominados “coach” le dicen a todos que tienen que actuar de la misma forma porque se supone que es lo que a las mujeres o los hombres les gusta. O sea, como si las mujeres o hombres fueran todos/as iguales y sin respetar la identidad de cada cliente. No lo haré yo, amiga/o. ¿Verdad que no venderías igual un Mercedes que un Mini o una furgoneta? Claro que no. Cada uno tiene sus características atractivas y por eso enfocarías la atracción del comprador en sus virtudes concretas. Por tanto, es necesario conocer nuestros encantos físicos/sexuales para poder fijar el foco de atención en ellos. Por eso, haz un repaso de tu historia y frente al espejo. Cada cual tiene sus propios encantos. Yo, en estos momentos de mi vida, soy consciente que soy una persona carismática, que mi voz y mi altura acompañadas de mi sentido del humor y mis explícitas sexualizaciones, me ayudan a conquistar y a llevarme a alguien a la cama. Ya en la cama, no destaco ni por lo cariñoso, ni por lo romántico ni por mi fondo físico, sino por sorprender con frases y diálogos exacerbadamente morbosos, generar y provocar actos de una intimidad demasiado rápida y, por qué no decirlo, de una forma no violenta y consensuada, ser bastante “animal” respecto a los pocos prejuicios. Eso suele gustar de mí. Como habrás comprobado, tengo una serie de cosas claras respecto a por qué puedo gustar antes y después de un primer beso, creo en ello y focalizo su atención en estos atributos. Es lo mismo que puedes hacer tú, teniendo en cuenta algo importante: tu posible inexperiencia puede ser precisamente tu baza más importante. Excitar sobre la base de proponerle que te enseñe, que se aproveche de tu inexperiencia, que se está llevando algo muy sagrado de ti… Eso, bien dicho y transmitido, puede resultar verdaderamente excitante. Así que quítate de la cabeza que para sexualizar o hacer gozar a alguien no tienes más recurso que ser un/a experto/a. A Roma llevan todos los caminos, no sólo uno. Ejemplo: 1. Sí, soy pequeñita pero dicen que muy manejable… 2. Es verdad que no he estado con muchas mujeres, pero precisamente por eso disfrutan mucho conmigo porque hago todo lo que se me pide. 3. Quizá no soy Nacho Vidal, pero soy juguetón y entregado, que es lo que me enseñaron que me hace inolvidable… 4. A mí me cuesta llegar con alguien a la cama… pero si llego ya no se levanta. Ejercicio: Pregunta a tus amigo/as qué rasgos físicos son los más valorados y empieza a ser consciente de
ellos. ¿Cuál es tu parte más sexy? Cuando estabas con esas personas en la cama, ¿qué es lo que más les gustaba de ti en la cama? Anótalo, interiorízalo y esos atributos que forman parte de ti son tu escudo de armas.
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